Son las auténticas protagonistas del salón, la terraza y el jardín. Las sillas desempeñan un rol fundamental en la decoración doméstica. Sin ellas, las mesas y los cenadores transmitirían una sensación de vacío, y tampoco puede decirse que los almuerzos y cenas se disfruten igual de pie que sentado. Pero ¿Cómo elegir la sillería más adecuada para una vivienda ya amueblada?
En primer lugar, las sillas terraza jardin y de otras áreas deben contar con un diseño capaz de armonizar con el resto de la decoración. Los colores, texturas y acabados de la silla y sus elementos principales (la tapicería, por ejemplo) deben elegirse tomando en consideración su entorno inmediato. Esto incluye la mesa, la alfombra, las cortinas, las paredes o los sofás, por mencionar algunos casos.
Las sillas de diseño minimalista quedarán fuera de lugar en entornos decorativos clásicos, mediterráneos o campestres. Incluso si unos y otros se adaptan a los estilos nórdicos, deben tenerse en cuenta detalles como las formas, pues si el diseño de la sillería tiende a las curvas, podría ser incompatible con salones con patrones más geométricos y rectilíneos.
Además, el material de las sillas debe elegirse con especial cuidado, pues transmitirá sentimientos y emociones que pueden entrar en contradicción con su entorno inmediato. Expresiones como «la elegancia del metal» o «la calidez de la madera» no son gratuitas: estos materiales realmente influyen en la psicología de la decoración y, por consiguiente, deben ser analizados con especial cuidado.
Siguiendo con el diseño, una duda frecuente a la hora de comprar la sillería es la uniformidad, es decir, la necesidad de que todas las sillas sean idénticas entre sí. Esta característica deseada parece una obviedad, pero en los últimos años ha crecido la tendencia de combinar sillas de distinto diseño, con el objetivo de conseguir un resultado más orgánico, más natural.