Para el sector hostelero, España es un escenario idóneo para crecer y desarrollarse, pese a la evidente saturación y las dificultades que arrastra a raíz de la crisis del coronavirus. Para emprender en este mercado, deben investigarse las tendencias de consumo y los posibles huecos en la demanda, además de elegirse la decoración que mejor se adapte al negocio que se ha proyectado.
Por ejemplo, la decoración y el mobiliario para hosteleria barato debe adaptarse al estilo del local. Así, los restaurantes con un marcado enfoque geográfico (italianos, tailandeses, cantoneses, etcétera) requerirán muebles y adornos representativos del país en cuestión.
Como parte del estudio de mercado, es importante analizar a los competidores, para replicar sus aciertos y evitar sus errores. También será útil para rechazar fórmulas obsoletas, como la colocación de una cafetería étnica en un barrio con abundantes locales de estilo similar.
Subestimar los obstáculos legales puede arruinar incluso el mejor emprendimiento hostelero. Estos requerimientos van desde el cumplimiento de la normativa sanitaria, hasta la obtención de licencias de actividad y de permisos de obras mayores o menores. También debe cumplirse con la ley de prevención de riesgos laborales.
Sin embargo, la mayoría de los emprendimientos en hostelería fracasan en su primer año de vida. La preparación es clave para sobrevivir, y por consiguiente se recomienda efectuar un análisis DAFO o FODA con las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Esta herramienta forma parte del plan de negocio que guiará las actuaciones de los responsables del proyecto.
Una conocida máxima expresa que «no importa qué conoces, sino a quién conoces». Aunque el reparto de flyers, las cuñas de radio o los anuncios pagados de Google son eficaces, el networking sigue desempeñando un rol clave para atraer inversores, promocionar las cualidades del local y asociarse con talentos y profesionales del sector hostelero.