Muchas personas no tienen claro que es metastasis en el higado y en qué se diferencia de un cáncer de hígado propiamente dicho. Explicarlo sin caer en términos médicos complejos y ser exactos del todo no es fácil, por lo que seguramente, la explicación que se va a dar pueda tener algunas inexactitudes médicas a fin de que pueda entenderse mejor.
Existen muchos tipos de cáncer, en función de las células y tejidos implicados, pero también según el órgano al que afecte la enfermedad. Según esta última clasificación encontraríamos cáncer de pecho, de riñón, de colon o de hígado por poner algunos ejemplos. Esta es la forma más común de nombrar los cánceres que se padecen.
Cuando una persona sufre de un cáncer, por ejemplo, el de colon, este debe de tratarse lo antes posible ya que uno de los riesgos que se tienen es que acaba creando metástasis. Las células cancerígenas pueden acabar en el sistema linfático o en el sistema sanguíneo y ser depositadas en otro órgano, en el que se reproducen y forman la metástasis. En el ejemplo que estamos viendo, este órgano podría ser el hígado.
Cuando el paciente es diagnosticado de cáncer, pueden encontrarse tumores en el colon y también en el hígado, pero ser producto ambos de células del colon. Estaríamos ante un caso de cáncer de colon con metástasis en el hígado. Es el estudio de las células cancerígenas lo que determina cuál es el cáncer original y cual la metástasis.
Cuando se encuentran tumores en diferentes partes del cuerpo lo habitual en prácticamente la totalidad de los casos es que solo haya un tipo de cáncer y que este se haya propagado hacia el resto de los órganos creando diferentes metástasis. Es muy excepcional que una persona pueda desarrollar dos cánceres diferentes a un tiempo sin que exista una relación entre ellos.
Los tratamientos de quimioterapia y de radioterapia que se dan tras una operación de cáncer son, en gran medida, para eliminar las posibles células cancerígenas que puedan haber quedado, evitando no solo que estas puedan crecer y desarrollar del cáncer nuevamente en el órgano, sino también que puedan acabar causando metástasis en otros órganos.
Una vez que las células cancerígenas han llegado a la sangre o al sistema linfático es muy difícil eliminarlas con los conocimientos actuales y pueden estar allí mucho tiempo antes de dar problemas.