Viaje por el norte 

Para los que estamos acostumbrados a viajar sin parar y cuanto más lejos mejor, este verano se presentaba frustrante por el cierre de fronteras y por las restricciones. Desde luego no era el mejor verano para conocer Camboya. Aunque un amigo que finalmente si se decidió por salir del país me dijo que era el mejor verano para viajar… si lograbas salir de España, claro.

Yo no soy tan ambicioso como mi amigo y decidí quedarme en mi país a la espera de acontecimientos, pero tampoco quería quedarme en casa así que organizamos con un par de amigos un viaje por Galicia y la zona norte de Portugal. Era algo que ya habíamos hecho unos años atrás y quedamos con ganas de repetir. Tal vez ahora era el mejor momento para volver a disfrutar de la península ibérica y dejar Camboya para otro año…

Galicia nunca defrauda porque es una región vibrante. Desde el barco cangas vigo pudimos echar la vista atrás y recordar esa belleza salvaje que tiene una tierra como esta. A quien le guste la naturaleza, en Galicia tiene algunas de las postales más exuberantes del España. Pero, además, como todo el mundo sabe, el gallego tiene un carácter muy especial: para mí es como un imán. El humor del gallego, con esa socarronería tan habitual, me encanta así que durante el viaje tuve tiempo de disfrutar con nuestros amigos gallegos.

Pero, claro, no pudimos disfrutar como nos hubiese gustado del viaje por el tema del virus. De hecho, nosotros llegamos a mediados de julio, cuando se suponía que el virus iba a dar una tregua, por aquello de las altas temperaturas y demás. Pero poco después empezaron los rebrotes que ya incluso afectaban en plenas elecciones. Aunque nada que ver con lo que vendría después.

Pero a pesar de todo no me arrepiento: la necesidad de movimiento es inherente al ser humano. Desde la cubierta del barco cangas Vigo pensaba en ese confinamiento que tuvimos que padecer, en uno de los más duros del mundo y en que si todo sigue así tendremos un otoño calentito.