Botellas personalizadas para regalo de empresa

Uno de los regalos más típicos cuando una empresa quiere obsequiar a un buen cliente, es una botella de buen vino o de un licor de calidad. Es un regalo que denota buen gusto y que suele ser apreciado siempre, ya que incluso en el caso de que el cliente no lo vaya a beber, podrá tenerlo en casa para obsequiar a sus visitas y apreciará un regalo de calidad.

La presentación de este tipo de regalos es importante y, normalmente, la empresa quiere que se trate de un regalo personalizado en el de que pueda verse quién lo ha hecho. En algunos casos, cuando se compran grandes cantidades de vino para regalar, puede solicitarse que este se etiquete de una manera especial, con una etiqueta en la que además de los datos del vino, figure el nombre de la empresa.

Sería algo así como una edición especial del vino, embotellada específicamente para la empresa. Pero si la cantidad de botellas que se necesitan es pequeña, normalmente se prefiere otro tipo de envasado personalizado: las cajas de carton para botellas. Las cajas de cartón pueden tener un diseño en blanco y negro o a todo color con el logotipo de la empresa y la información que se quiera añadir sobre la misma.

Es importante que la caja resulte elegante y discreta, no debe de ser un folleto de la empresa, por lo que lo habitual es optar por un bonito logotipo y en un margen la dirección de la Web del negocio o la dirección física del mismo en letra más pequeña. Con esto, es más que suficiente para que el regalo de empresa se vea totalmente personalizado, pero sin caer en excesos que harán que se le reste atractivo.

Otra opción para personalizar las botellas son las bolsas para botellas personalizadas. Es una opción similar a la de la caja, solo que en este caso se trata de una bolsa, que suele ser de materiales muy ecológicos y que permite portar la botella y a la vez contiene la propaganda de la empresa, con los mismos estándares de discreción ya mencionados.

Son muchas las formas de personalizar una botella de vino o de licor para un cliente, pero el resultado siempre va a ser idéntico: un cliente satisfecho, que se va a sentir valorado y con el que se habrán afianzado lazos, fidelizándolo.