La música en el cine

Cuando comenzaron a exhibirse las primeras películas en pantallas de cine, eran mudas. Carecían de todo sonido. Pero en los cines era habitual que hubiera un piano y una persona tocando la música que debía de acompañar a la película en todo momento. Las partituras de la película viajaban junto con las copias de los cines para que se tocara lo que correspondía en cada momento.

Una buena música era capaz de hacernos sentir tantas o más emociones que las imágenes en sí mismas. Nos ayudaba a saber cuándo estaba pasando algo relevante. Le daba un mayor impacto a los sustos en las películas de miedo y hacía que nuestro corazón se derritiera todavía más en las escenas de amor.

Esto era especialmente importante cuando no había diálogos, solo letreros en los que se podía leer qué es lo que ocurría o qué decían los personajes de manera muy resumida y simplificada. Por esto también las interpretaciones eran tan exageradas y los actores resultan, a nuestros ojos, sobreactuados.  Precisamente, este tipo de interpretación hizo que muchos de los divos y divas del cine mudo fueran incapaces de triunfar en el cine sonoro, ya que no fueron quién de dejar atrás esa sobreactuación.

Ahora, las películas tienen diálogos, efectos especiales de última generación y muchos apoyos a lo que es la simple interpretación de los actores. Pero la música sigue siendo una parte fundamental de cada cinta y sigue produciendo exactamente los mismos efectos que antes.

Para muchos estudiantes de música, cursar una Diplomatura en Creación Musical Madrid es una forma de orientar su carrera hacia el mundo del séptimo arte. Tras haber realizado, tal vez, estudios superiores de música y tener una gran formación como compositores, esta diplomatura les dará las herramientas que necesitan para que todos esos conocimientos puedan aplicarse a las características únicas del celuloide.

Poner la música a una película es un trabajo muy especial. Cada músico tiene su manera de hacerlo. Lo habitual es que el compositor vea la película y luego escriba la partitura adaptándola al ritmo de la película y a lo que sucede en la misma, pero otros son famosos porque la escriben anticipadamente y exigen que sea el director el que adecúe el ritmo de las escenas a sus notas. Evidentemente, esto no puede exigirlo cualquiera e incluso ha hecho imposibles colaboraciones que podrían haber sido sublimes.