Hace unos años, cuando la fiebre de los blogs personales se desató, pensé en abrirme yo uno para contar mi ‘apasionante’ vida, pero pensé que mejor no, que ya éramos muchos creyéndonos especiales. Pero todo eso fue antes de convertirme en mamá soltera y trabajadora. Ahora ya sí soy especial y varias personas me han pedido, casi exigido, que escriba algo sobre mí. Pues aquí va un día en la vida de una súper madre.
Cada vez hay más mamás de 40 y algunas de ellas, como yo, solteras. ¿Cómo logramos llegar al final del día sin un ataque al corazón? Poco a poco se aprende a relativizar y tomar las cosas con calma: no tenemos otra opción. Me levanto hacia las siete y media de la mañana para hacer algunas cosas de casa y algunos asuntos ‘personales’ que no voy a poder hacer después…
A eso de las 8:15 despierto al terremoto. Desayuna y le llevo a la guardería. Tengo la suerte de poder ir a trabajar andando y de tener la guardería debajo de casa. Así que no tengo que coger el coche para nada. Mi jornada laboral es de 9 a 5. Recojo al niño en la guarde a la 5.15 y empieza al momento más ‘intenso’ del día.
Como muchas mamás de 40, sobre todo si no tienen ayuda, me siento un poco exhausta a esta hora del día. Llego de trabajar cansada pero no hay tiempo para respirar puesto que hay que dar de merendar y jugar en el parque con el pequeño. Después, a eso de las 6:30 o 7 volvemos a casa y ya me puedo relajar un poco más. Si el terremoto tiene un día tranquilo hasta juega solo un rato y yo puedo sentarme un poco en el sillón…
Luego, a bañarlo y a prepararle la cena. Otra hora de juego y a la cama. Veo media hora la televisión o leo un poco y es mi turno de dormir hacía las 11:30 aproximadamente. ¿Y los fines de semana? Otro día os contaré mis ‘apasionantes’ fines de semana en parques de bolas, zoos y aqua parks…