Injerto capilar 

Estaba decidido a hacer algo con la caída del pelo. Lo valoré durante bastante tiempo, mirando los pros y los contras. Y en un principio resolví que dejaría que la “naturaleza siguiera su curso”. Fue lo que me pareció más aceptable en un primer momento. Para empezar, era la natural, o así lo pensaba yo. Si se me estaba cayendo el pelo a mi edad no creía que se pudiera tratar de una enfermedad ni una reacción a algún tiempo de malestar o trastorno: era el paso del tiempo.

Pero es cierto que una vez que decidí dejarlo pasar, seguía sin encontrarme cómodo. Era como una cuenta atrás hasta que, finalmente, ya no hubiese manera de solventarlo o, al menos, retrasarlo. Y como no acababa de sentirme bien, decidí que tal vez no había tomado la decisión correcta y que quizás debía hacer algo diferente. Y fue así como pensé en buscar una clínica dermatológica en la que consultar con profesionales el problema. 

Porque no quería andarme por las ramas. O lo dejaba estar o si no lo dejaba estar, lo hacía bien. Nada de andar con remedios extraños para ver si surtían efecto. Tratar un problema capilar es complejo porque, a menudo, se desconocen las causas que lo genera. Por eso lo más importante es ponerse en manos de profesionales que son los que tienen el conocimiento suficiente pata abordar el asunto.

Así, lo primero es analizar la situación y establecer un diagnóstico. Porque la no regeneración capilar se puede deber a motivos distintos. Y las soluciones, por lo tanto, también pueden ser distintas. Pero, al margen de ello, también quería saber en la Clinica dermatologica qué soluciones finales podíamos tener. 

Entre ellas, estaba el tema del injerto capilar, que últimamente está muy en boca de todos por la cantidad de famosos que se someten a ello. Y dado el éxito que parece tener, quería analizarlo previamente para ver si a medio plazo me podía a mí servir y si estaba en condiciones de poder pagarlo. Porque es bueno saber a qué atenerse desde el principio y no llevarse luego decepciones.