La pregunta de si son sanos los yogures de sabores no tiene una respuesta tan clara como sí o no. Porque va a depender del tipo de yogur al que nos estemos refiriendo. Algunas marcas de yogures de sabores tienen elevadísimas cantidades de azúcar en su producto y a esto se añaden colorantes artificiales, aromas artificiales y conservantes. En este caso, la respuesta es más que evidente, no son productos sanos.
Pero si nos fijamos en otros como los yogures de sabores Central Lechera Asturiana, nos encontramos un producto muy equilibrado y natural, que demás llevan azúcar de caña evitando el azúcar refinado. Sin conservantes ni colorantes artificiales. Todo natural para que el yogur sea muy auténtico y sabroso. Pero para quienes quieren cuidar todavía más su dieta, encontramos en esta marca la variedad de yogures de sabores sin azúcares añadidos, que solo tienen el azúcar naturalmente presente en la fruta, esto es, la fructosa.
Por tanto, la variedad de yogures de sabores es perfectamente válida en una dieta sana, pero hay que tener mucho cuidado con cuáles se eligen porque no todos son iguales ni van a compartir los mismos valores. Incluso hay algunos que pensamos que son muy sanos, pero no lo son tanto. Es el caso de la marca de un famoso supermercado que tiene muy buena fama pero que tiene unos valores de azúcar sensiblemente más altos que los de Central Lechera y que, además, contienen hasta 3 E distintos.
Todo esto hace que en la escala Nutri-Score, Central Lechera Asturiana de fresa sin azúcar añadido cuente con un valor A, el más elevado y el que marca a los productos más saludables, mientras que los de la marca blanca que todos conocemos tienen tan solo una C, lo que los hace, cuanto menos, cuestionables.
Con esto se confirma nuevamente que no se trata tanto del tipo de producto que se consume, sino de cuál se escoge entre todos los que hay disponibles en el mercado y que en algo aparentemente tan saludable como es un yogur, puede haber diferencias muy significativas en función de la marca y de la variedad elegida.
Leer las etiquetas y aprender a interpretarlas es clave para que cuando hacemos la compra sepamos elegir lo que de verdad es bueno para nosotros y para nuestra familia, en lugar de dejarnos llevar por lo que todo el mundo dice o las creencias populares.