Mi mujer y yo nos cansamos de cargar bolsas y bolsas del supermercado en esta época en la que se pasa tanto tiempo en casa. Y como además solo podía ir uno de los dos a comprar, nuestras espaldas no estaban empezando a pedir un descanso. Mucha gente se ha apuntado al servicio a domicilio de los supermercados. Pero claro, estos no dan abasto: hay que pedir la compra como con dos semanas de antelación, lo cual es un poco paradójico porque no es fácil saber lo que vas a necesitar dentro de dos semanas.
De todas formas, nosotros nunca habíamos hecho un pedido de supermercado a domicilio. Existen muchos productos como la fruta, la carne o el pescado que siempre es mejor elegir uno mismo. Pero en situaciones como esta, hay que probar cosas nuevas, así que hicimos un pedido. Dos semanas después lo teníamos en casa. Por supuesto, nos faltaron cosas por pedir. Pero lo peor de todo, es que en la compra también faltaban cosas que sí habíamos pedido: es la letra pequeña de la compra online.
Por ejemplo, llegó sin leche desnatada sin lactosa. Se supone que en la mayoría de los supermercados te dan dos opciones a la hora de comprar. Puedes elegir que, si no encuentran un producto, no incluyan un producto similar alternativo o dejar que ellos elijan ese producto. Nosotros optamos por esta segunda opción. El problema debió ser que no había leche sin lactosa de ninguna marca, porque lo normal es que nos hubieran incluido el producto, aunque fuera de otra firma.
Algo así pasó también con el pan de molde. Mi mujer me había comentado que la última vez que fue al supermercado el pan de molde estaba ‘arrasado’ hasta el punto de que tuvo que traer pan de hamburguesa como ‘alternativa’ porque no había más. Supusimos que se trataba de algo puntual, pero no. La compra online también nos llegó sin pan de molde… y sin alternativa. Así que nos tuvimos que conformar con una semana sin leche desnatada sin lactosa y sin pan de molde.