La naturaleza, la cultura, la gastronomía y el patrimonio histórico de Galicia son apreciados internacionalmente. El pasado año, más de seis millones de viajeros eligieron esta CC.AA para pasar sus vacaciones. Sin embargo, el disfrute de esta experiencia puede quedar disminuido en caso de cometer algunos de los errores más comunes entre los visitantes.
Por ejemplo, olvidarse de solicitar una autorizacion isla de ons impediría explorar este paraje natural. Como sucede con destinos isleños como las Cíes, la Ons forma parte de un espacio protegido. Para evitar que la masificación turística ocasione un deterioro a sus ecosistemas, la Xunta de Galicia regula la afluencia de visitantes, razón por la que se precisa una autorización formal.
Equivocar la época del año es otro error habitual entre quienes viajan al territorio gallego por primera vez, especialmente los visitantes extranjeros, que perciben el clima nacional como exclusivamente mediterráneo, ignorando la influencia del clima atlántico u oceánico en las CC.AA del norte peninsular.
Si el presupuesto y la alta afluencia turística no suponen un problema, los meses de julio y agosto configuran la temporada alta, periodo en que la oferta de ocio y la animación social son máximas; por el contrario, el otoño y el invierno permiten acceder a reservas de transporte y de alojamiento más económicas.
Desentenderse del calendario festivo también es una equivocación frecuente entre los visitantes, que se privan así de vivir festejos tan famosos como las Hogueras de San Juan en A Coruña, la Fiesta del Albariño en Cambados, la Fiesta da Androlla en Viana do Bolo, la Festa da Istoria en Ribadavia o el Carnaval de Pontevedra, entre otros eventos.
De los errores del público visitante, tampoco se libran las delicias gastronómicas de Galicia. La falta de tiempo y de planificación motivan que una parte de los turistas abandonen la comunidad autónoma sin degustar la tortilla de Betanzos, la tarta de Santiago, el pulpo á feira o los pimientos de Padrón.